En épocas de exámenes todos estamos feos.

Época de exámenes. No es ningún secreto latente. Se sabe. Se puede oler. Y oler, porque en estas fechas tendemos a no limpiar la casa, a no ordenar el cuarto, a dejar la basura cuatro días en su cubo, a no ducharnos...
Que estamos todos estudiando es inminente. Nuestro aspecto desaliñado de ratas de biblioteca nos delata: ojeras, cabellos sin peinar, me pongo lo primero que pille... Si es que sólo falta mearnos encima. 


Y voy aún más lejos: existe la teoría que dice que quien esté de buen ver en días de exámenes, no aprueba ni una. Tiene su lógica si te paras a pensar. El arreglarse, a veces lleva mucho más tiempo que el pasar a puntes a limpio. Es por eso que uno no puede perder minutos de su valioso estudio maquillándose o engominándose el pelo para que le quede a lo Bieber. Puede ser. Luego, por supuesto, está el debate de las chicas que llegan a la biblioteca en tacones... 

No es que os vaya a colgar una fotografía mía con estos pelos, (lo del olor ya os lo imagináis vosotros) pero creo firmemente en esa teoría de "EL GUAPO SUSPENDE" porque mis horas indedicadas a parecer guapa tienen que ser vengadas por alguien. O en el peor de los casos, compensadas con aprobados. 

¿Qué pensais de la teoría "EL GUAPO SUSPENDE"?

Laura Martínez

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